CLAUDIA MENDOZA. EL SOL DE MÉXICO.
En esta prueba de resiliencia se han quitado a los intermediarios y ahora llevan sus productos a domicilio o han instalado tiendas y verdulerías
Es el caso de Cassandra Garduño Mendoza, una joven de 28 años, productora de verduras en la zona chinampera de Xochimilco. Ella apuesta por productos orgánicos, utiliza las redes sociales y se prepara para toda esta transformación, a la vez que mide y le tiene respeto al Covid-19, enfermedad de la que sobrevivió después de pasar los peores tres meses de su vida recuperándose de una enfermedad que el mundo desconocía cómo tratar.
Antes de enfermar, narra a El Sol de México que estaba por ofrecer sus productos para entregarlos a domicilio, y en una mañana de mayo, cuando la pandemia estaba en su punto más álgido, se encontró con un amigo agricultor que acababa de vender su mercancía en la Central de Abasto. Ambos desayunaron juntos y dos días después enfermó, sentía un cansancio extremo, mareos, náuseas y dolor intenso de ojos.
A los cinco días de ver que estos síntomas empeoraban, descubrió que tenía las manos moradas, fue el foco rojo que la hizo buscar ayuda profesional; “siento que fue mucho el momento del caos, nadie sabía qué hacer, cómo funcionaba la enfermedad, estuve llamando al teléfono que te dan atención telefónica y lo único que pasó aquel día es que no podía respirar, sí entraba el aire, pero no era suficiente, una cosa muy rara, ese día estuve marcando y a las mil logré contactar, y en una videollamada me dijeron ‘no, no tienes nada’, y que llamara a otra línea para cualquier otra enfermedad respiratoria.
“Como unas tres, cuatro horas no supe nada de mí, me apagué, cuando volví ya no me podía ni levantar. Traté de moverme, nada, luego estuve hablando con un neumólogo y él me indicó cómo utilizar el oxígeno, cuáles iban a ser los pasos a seguir”.
En su casa todos se enfermaron: su hermano, su mamá, su abuela, un tío y una prima, estos dos últimos que aunque no viven en la misma casa, por la cercanía, también se contagiaron.
De acuerdo con el portal de datos abiertos del gobierno local, en la ciudad se habían contagiado hasta el 2 de diciembre 216 mil 271 personas de Covid-19, de las cuales 107 mil 639 son mujeres, es decir, 49.7 por ciento del total de los enfermos.
De las 107 mil 639 mujeres enfermas, 83 mil 167 se encuentran en edad productiva -de 20 a 60 años-, lo que corresponde a 77.2 por ciento del total.
Una vez que Cassandra retomó el trabajo expone que ellas y otros agricultores se anunciaron en las redes sociales: en Facebook están como productores Pachoa y en Instagram se ven como Pachoa México.
Con la pandemia, dice que el primer impacto negativo que tuvieron fue el haber perdido clientes de taquerías a los que les llevaban rollos de cilantro y como eran pocos para el envío a domicilio tuvieron problemas de logística. Sin embargo, ella y su equipo decidieron instalar su tienda Verde Chinampa, en la colonia Narvarte, con buena aceptación.
Pero el Covid-19 sigue, por lo que decidió cerrar la tienda por unas semanas hasta que este repunte de contagios pase; prefiere perder dinero a que alguien de su equipo enferme.
Cultivos orgánicos
El trabajo en el campo nunca termina, los cultivos de más de 15 diferentes especies de vegetales la mantienen activa. En una visita que este diario realizó a su chinampa destaca que todos sus productos son orgánicos gracias a que biólogos de la UNAM trabajan con ellos para el cuidado de cultivos y del agua de riego.
Carlos Zumano Arias, colaborador del laboratorio de Restauración Ecológica, del Instituto de Biología de la UNAM, explica que trabaja con varios productores de Xochimilco para restaurar el agua y cuidar los cultivos de manera orgánica.
Alrededor de la chinampa de Cassandra han sido colocados refugios o biofiltros que no son otra cosa que parte de los mismos canales. Carlos detalla que se trabajó para que estos refugios tuvieran profundidad de más de tres metros y en sus entradas fueron colocados biofiltros con diferentes especies de algas y plantas acuáticas que purifican el agua de riego.
Agustín Galicia González, don Agus, es el agricultor experto que trabaja con Cassandra, tiene cerca de 70 años y es quien se encarga de que todos los plantíos se rieguen y cuiden. Platica que es muy bueno que los jóvenes trabajen la tierra y pide de las autoridades que vean hacia el campo, porque llevar una chinampa orgánica tiene su costo y más en estos momentos de crisis económica.