MOISÉS RAMÍREZ. EL NORTE.
MONTERREY, Nuevo León. El Gobierno federal está poniendo en riesgo la sanidad del ganado nacional y con ello a la producción y exportación de reses y carnes, que en conjunto representan el cuarto generador de divisas agroalimentarias del País, con 2 mil 581 millones de dólares el año pasado, advirtieron ganaderos y analistas.
El motivo, señalaron, es que con el acuerdo de apertura a la carne de Argentina suscrito en el marco de la visita del Mandatario de ese país, Alberto Fernández, al Presidente Andrés Manuel López Obrador, los problemas de fiebre aftosa que aún enfrentan los hatos argentinos podrían contagiar a las reses en México.
Ello porque, explicaron, esta enfermedad bovina no sólo viaja en el ganado vivo, sino también en la carne.
“Estos temas no pueden ser ocurrencias. Si al sector bovino les cierran las exportaciones sería catastrófico, perderían los criadores, engordadores y las plantas TIF”, alertó Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
“México está dentro de los cinco países con mejor nivel zoosanitario en el mundo. Este tipo de negociaciones no pueden ser políticas; de nuevo se requiere el sustento sanitario y de inocuidad que no exponga al País, sus productores y mercado”.
Héctor Garza Garza, presidente de la Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado Bovino, refirió que en 1946 la ganadería del País sufrió fuertemente esta enfermedad, lo que llevó a que Estados Unidos prohibiera la importación de ganado mexicano.
Como parte de las acciones para erradicarla, recordó, en ese año fueron sacrificadas poco más de un millón de reses.
“Es sorpresivo este acuerdo que pactaron México y Argentina, estamos a favor del libre comercio, pero también existe un riesgo importante para México con la apertura a los cárnicos de ese país.
“Esperamos que las autoridades zoosanitarias de México impongan estrictos controles a esos productos y estaremos al pendiente de que lo hagan”.
Obed González, presidente de la Asociación de Engordadores de Ganado Bovino del Noreste, afirmó que la apertura a la carne argentina levanta una alta preocupación sobre el estatus zoosanitario de México.
“Es un golpe para la producción primaria y para la producción de carne en México y, sobre todo, un riesgo para el estatus que tiene México en sanidad animal y que nos ha costado mucho poder lograrlo”.
Con la fiebre aftosa las reses se vuelven improductivas, explicó Anaya, especialmente si se trata de animales en engordas, pues en boca y extremidades se desarrollan ampollas que les impiden moverse y alimentarse.
“Se propaga fácilmente en una engorda y por supuesto eso afectaría a la producción de carne, además de que nuestros protocolos de exportación actual se tendrían que suspender en lo que se controla la enfermedad si se detecta un primer brote”.
Además, añadió, aunque la carne de un animal contagiado con fiebre aftosa no daña al humano, quien la consume puede transmitirla a los hatos en caso de llegar a tener acceso a ellos.
De acuerdo con la Organización Mundial de Sanidad Animal, todos los productos obtenidos a partir de un animal infectado, o que estén en contacto o cerca de éstos, deben ser considerados contaminados y prohibida su importación.
Las Secretarías de Agricultura y de Economía informaron ayer que México y Argentina acordaron fortalecer la cooperación técnica en agricultura y a ello AMLO añadió la apertura a la carne argentina, en los mismos términos de inocuidad con la que ingresa la carne de Uruguay, aunque el Gobierno argentino no hizo lo propio con México.