Miércoles , 14 Junio 2017
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Avicultura social, detonador de la economía rural

CARLOS RUBIO BEZIES. EL ECONOMISTA.

Los grados de desigualdad social que en términos generales padece la población mundial se amplían en mayor medida si nos referimos al ámbito rural. La falta de actividades económicas viables a nivel de las comunidades rurales que puedan fortalecer su economía, propiciar el arraigo de la población, frenar los procesos migratorios de algunas regiones e inducir su desarrollo y su bienestar social se constituye como la principal prioridad de las políticas públicas

La avicultura de tipo social de baja escala con un enfoque de empresa en el seno familiar y de comunidad constituye una posibilidad de generar ingresos adicionales a la familia.

La labor de generar esquemas de producción de huevo para plato que puedan ser autosostenible y que generen mayor flujo económico en el medio rural deberá integrarse por parte de las instituciones del sector, las dependencias relacionadas, la representación de los avicultores y las agrupaciones de productores interesados en diversificar sus actividades.

El fomento de la producción avícola de baja escala a nivel de traspatio donde se cuente con paquetes de inversión de infraestructura para granjas de tipo familiar acompañados con componentes de subsidios, capacitación y asesoría, así como contar con alianza estratégica para el aprovisionamiento de insumos y comercialización del huevo aminoran los niveles de riesgo de esta actividad.

Asimismo, la posibilidad de retención de recuperaciones de financiamientos vía la comercialización robustece este tipo de opciones productivas en el medio rural.

Dentro de las fortalezas de promover una avicultura social implica poder dinamizar a proveedores de insumos de todo tipo, tanto a nivel local como foráneo, lo cual FIRA, como integrante de la Banca de Desarrollo de la SHCP, impulsa a través de sus programas de desarrollo de proveedores.

Una estrategia de comercialización de los productos avícolas generados a nivel de comunidades rurales con un mercado objetivo a la zona urbana dirigida al consumidor doméstico y al consumidor de tipo empresarial, podría constituir un eslabonamiento que mejore el valor del productor al momento de la comercialización, buscando establecer las condiciones de un mercado justo para el avicultor social.

La consolidación de la producción, de la oferta de huevo y su proceso de distribución se hace necesaria para su planificación adecuada a fin de que pueda concretarse.

Las exigencias del consumidor final por buscar productos inocuos, orgánicos y que promuevan con su consumo el bienestar de los sectores más vulnerables representan una oportunidad para la producción de huevo de las granjas de traspatio.

Las ventajas que se obtienen de lo anteriormente señalado son la posibilidad de ofertar huevo para plato a nivel local generando un ingreso adicional al núcleo familiar, aprovechamiento de mano de obra familiar, fortalecimiento de la dieta de la familia en el sector rural, ingresos continuos durante el año, posibilidad de integrar insumos autoproducidos a la producción avícola, también el fortalecimiento de proveedores locales abastecedores de huevo para consumo doméstico y para uso en otras actividades (panificación y servicios de alimentación, etcétera).

Mañana mencionaré el impacto y oportunidades que representa detonar la producción avícola social en México.

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En la primera parte de esta colaboración mencioné cómo es que la avicultura de tipo social de baja escala constituye una posibilidad de generar ingresos adicionales a la familia en el medio rural, ahora continuaré con el impacto que esto representa y las oportunidades para detonar esta actividad

El impacto que observa la avicultura social es el de propiciar el arraigo de la población del medio rural, impulsar el desarrollo de zonas marginales con pocas alternativas productivas, presenta un bajo requerimiento de inversiones y posibilidad de acceso a subsidios.

Se convierte en una actividad productiva que puede desarrollar el productor adicionalmente a su actividad productiva actual, de manera importante está el fortalecimiento de la dieta familiar al incorporar proteína de buena calidad y bajo costo, además de propiciar el eslabonamiento a programas de desarrollo de insumos básicos en el sector rural o su integración como proveedores de sistemas de abastos establecidos (DIF, Liconsa, Ayuntamientos, etcétera).

Lo anterior obedece a que la producción de huevo a nivel doméstico puede encontrar una ventaja competitiva por su grado de diferenciación en comparación con el huevo comercial producido masivamente por las grandes empresas avícolas existentes.

Estas características ventajosas de esta producción avícola se basan primordialmente en un proceso de producción que difiere a la producción comercial y hoy en día presenta una tendencia a adoptarse más en el sector rural por pequeños y medianos productores.

El huevo orgánico, cuyo fundamento es su producción en condiciones de no hacinamiento, alimentación más natural sin la utilización de complementos y evitando al máximo la aplicación de medicamentos y antibióticos, es sin duda la alternativa más adoptada.

La producción de huevo de gallinas con un hacinamiento medio, pero sin estar enjauladas es otra modalidad existente y la producción de huevo en suelo pero con hacinamiento es otra opción que se ha implementado por los micros empresarios.

Sea cual sea el modelo de producción de huevo a baja escala, el mismo permanecerá más tiempo vigente si los microempresarios buscan fortalecerse a través de la organización de sus explotaciones.

Un tema fundamental es la sanidad de la producción y el manejo pospostura que implica una capacitación y asesoramiento constantes, ya que en la medida que la producción tenga un mayor grado de clasificación y un manejo sanitario adecuado del producto, los mercados destinos y los consumidores finales no percibirán un producto de dudosa sanidad, tema fundamental para su consumo.

Las oportunidades de detonar la producción avícola social en México se encuentran soportadas en la disposición del pequeño productor en organizarse en aspectos de producción, manejo, inocuidad y comercialización.

La apertura que puedan mostrar canales de venta del huevo de este tipo es fundamental a fin de poder contar con un mercado predefinido y concertado de origen.

El impacto social de una avicultura social que promueva la mejora de la economía familiar a los sectores más desprotegidos puede considerarse viable en un mediano plazo en México, que es una de las prioridades de FIRA, como parte de la Banca de Desarrollo que coordina la SHCP.

*Carlos Rubio Bezies es promotor de la Agencia Veracruz de FIRA. 
La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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