VIRIDIANA DÍAZ. EL ECONOMISTA.
Los escenarios de cambio climático hacia el 2050, indican que los sitios de pesca industrial actuales incrementarán su temperatura menos de 1°C
Entre los desafíos más apremiantes para la pesca y los océanos se encuentra el cambio climático. En México existe un marco jurídico robusto en esta materia, sin embargo, se encuentra desarticulado y es necesario fortalecerlo a nivel local para que cumpla su propósito así como impulsar la actuación para atender los impactos que dicho fenómeno tendrá sobre las pesquerías mexicanas, y asegurar una adecuada adaptación en su manejo.
Aunado a lo anterior, la alta vulnerabilidad del país a los efectos del cambio climático ha impactado fuertemente al sector, considerado como fuente de empleo y motor económico del país. La Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (CONMECOOP), indica que la pesca en nuestro país representa cultura, alimento y modo de vida para alrededor de 300,000 familias que dependen de esta actividad de manera directa, y cerca de 2 millones más que lo hacen de forma indirecta.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), México ocupa el lugar 13 en producción pesquera en el mundo, produciendo varias especies de alto valor comercial como camarón, langosta roja, abulón, almeja generosa, el pulpo, el atún y la sardina, entre otros.
Actualmente, la región noroeste del país es la más vulnerable a los efectos del cambio climático pues es donde se realiza la mayor parte de la actividad pesquera-acuícola del país. Sin embargo, en los escenarios de corto plazo (2050) la región del Golfo de México y Yucatán podrían verse afectadas en su producción pesquera por los efectos del cambio climático.
De acuerdo con el análisis Cambio climático en México: Recomendaciones de política pública para la adaptación y resiliencia del sector pesquero y acuícola, en el que participaron 47 instituciones, para el año 2050 en el escenario menos favorable, tanto la pesca ribereña, como la industrial y la maricultura presentarán disminuciones en su productividad, debido al aumento en la temperatura.
De igual forma, los escenarios de cambio climático hacia el año 2050, indican que los sitios de pesca industrial actuales tendrán un incremento en la temperatura menor a 1°C, pese a lo cual verán disminuciones de la productividad primaria. Para el año 2100, la caída en la productividad primaria podría ser más pronunciada, confirman Juan Manuel Calderón, Director de Políticas Públicas de Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF) de México y Leonardo Vázquez, Biólogo, miembro de la Sociedad Mundial de Acuacultura y vocero del grupo técnico responsable de la elaboración del Estudio Cambio Climático en México.
El estudio revela también que en México, más del 80% de las 25 pesquerías más importantes podrían resultar seriamente afectadas en el mediano plazo por el cambio climático y que alrededor de 13,000 comunidades costeras requieren atención para poder adaptarse a los efectos del cambio climático, de ahí que las políticas públicas para la adaptación sean prioritarias en el corto plazo.
“El cambio climático provoca cambios en la distribución y abundancia de las poblaciones de peces e invertebrados que sustentan las pesquerías, esto se suma a otros problemas como la sobrepesca y los conflictos por el acceso desigual e incierto a los recursos”, destaca Juan Manuel Calderón.
Aunado a ello, las principales alteraciones oceanográficas derivadas del cambio climático que se predicen para el país, son cambios en la temperatura del mar, aumento en la frecuencia e intensidad de huracanes y otros fenómenos climatológicos, elevación del nivel del mar, acidificación del mar y disminución de la concentración de oxígeno.
Desde EDF llaman a trabajar para minimizar o ralentizar los críticos efectos del cambio climático en la pesca como con menor productividad, mayor sobrepesca, pérdida de especies, cambios en la distribución de las especies, que obliga a los pescadores a salir más lejos a buscar los recursos, y migración de especies a aguas más frías, fenómenos climáticos que no permiten realizar las labores del sector y cambios o alteraciones en las temporadas de pesca.
“Planteamos una serie de recomendaciones de política pública para la adaptación del sector pesquero y acuícola, a través de tres conjuntos de recomendaciones: prioritarias, estratégicas y a escala local, manteniendo un enfoque de género para garantizar la participación de las mujeres en la gobernanza y manejo pesquero entre las que destacan la elaboración de un Programa Nacional de Pesca y Cambio Climático, con mecanismos sólidos de gobernanza y participación ciudadana; la creación de un Atlas de Riesgo para el sector pesquero que incorpore las presiones ambientales y la capacidad adaptativa de las comunidades y, en paralelo, planes de contingencia para minimizar impactos económicos y sociales”, comenta el biólogo Leonardo Vázquez.
Entre las recomendaciones se agrega: aumentar la inversión en la generación de conocimiento que permita prever eficientemente y guiar estrategias de manejo, así como invertir en la formación técnica de especialistas en cambio climático; crear espacios directos de comunicación entre gobierno y comunidades pesqueras para enfrentar conjuntamente los retos e impulsar la coordinación intersecretarial y multisectorial, y la construcción de coaliciones que asegure la coordinación transversal entre dependencias de los distintos órdenes de gobierno, así como entre sectores y actores relacionados con la pesca y la acuacultura.
Si bien México tiene un gran potencial, es fundamental promover la profesionalización de la actividad, la asociatividad multisectorial y la planeación estratégica con visión de ecosistema.
El Estudio Cambio Climático en México: Recomendaciones de política pública para la adaptación y resiliencia del sector pesquero y acuícola, elaborado por Impacto Colectivo por la Pesca y Acuacultura Mexicanas, EDF de México y otros actores, pretende identificar los impactos más importantes del cambio climático en la pesca y las comunidades costeras, y proponer una serie de recomendaciones de política pública dirigidas a enfrentar de manera eficaz este desafío, así como convertirse en una referencia útil para los tomadores de decisiones en el diseño e implementación de una agenda de política pública para la pesca y acuacultura sostenibles y resilientes ante la crisis climática en México, puntualizaron los voceros.