ALEJANDRA ZENZES. EL SOL DE MÉXICO.
Este 22 de abril se cumplen 50 años del Día Mundial de la Tierra y para este año se tenía contemplada la realización de un sinfín de eventos a nivel mundial para su celebración. El planeta Tierra surgió hace más de 2500 millones de años, cuenta con una superficie terrestre de 510 millones de Km2 y se estima un volumen total de agua de 1420 millones de Km3 ,de ahí que se le designe como el planeta azul.
Esta celebración inició el 22 de abril de 1970 en Estados Unidos, siendo considerado como el primer movimiento ambientalista del mundo moderno. Ese día, alrededor de 20 millones de norteamericanos salieron a tomar parques, avenidas y calles exigiendo un mundo sustentable, un mundo saludable. Lo interesante es que congregó a personas de diferentes niveles socioeconómicos; en el parque se manifestaba desde el adolescente emocionado por sumarse al movimiento, el mendigo y hasta el magnate. Todas las voces unidas exigiendo un mejor lugar para vivir en términos ambientales y exigiendo garantizar la calidad de vida.
Este gran movimiento derivó en la consolidación institucional de la Agencia para la Protección del Ambiente (EPA por sus siglas en inglés) y en la promulgación de leyes relacionadas con el aire, el agua limpia y la conservación de especies de la vida silvestre en peligro de extinción. Todo esto nos lleva a pensar que si los ciudadanos unimos fuerzas y nos movilizamos, podríamos tener una Tierra mejor.
Los movimiento sociales siempre responden al contexto de la época. A inicios de los 70´s se dio el auge del movimiento contracultural de los jóvenes estadounidenses definido como “movimiento hippie”, que tuvo lugar a finales de la década de los 60´s y que se caracterizó por ser un movimiento pacifista y libertario que tenía como una de sus premisas la preocupación por el medio ambiente. Por ello no es de extrañar que se instaurara el Día de la Tierra en ese año.
Se esperaba que este 22 de abril se realizaran a nivel mundial diversos eventos que propiciaran la reflexión sobre el cuidado de la Tierra y los daños que le hemos ocasionado. La conmemoración del 50 aniversario sin lugar a dudas es relevante para identificar cuál ha sido la evolución del medio ambiente en el andar de estos años. Se trata de una fecha específica para provocar que todos los ciudadanos del mundo reflexionemos sobre lo que se ha logrado y lo que nos falta en torno al cuidado de la Tierra, y específicamente lo que ha ocurrido en términos de contaminación, los animales, las plantas, el agua y el medio ambiente en general.
Lamentablemente este año los festejos no se harán como se había previsto en varios lugares; la pandemia mundial del Covid-19 no sólo está orillando a que nos quedemos en casa, sino que los temas ambientales permanezcan, por lo menos en el caso mexicano, en el cajón en espera para otro momento. Las necesidades presupuestarias para atender los temas de salud han provocado que se reoriente el gasto público, y una vez más la materia ambiental deberá aguardar.
Todo parecía indicar que la conmemoración del Día Mundial de la Tierra tendría celebraciones en las 32 entidades federativas del país, impulsadas algunas algunas por el sector público y otras por las organizaciones de la sociedad civil. Había mucha expectativa ante la consolidación de diversas iniciativas como las Escuelas por la Tierra en el rubro de la educación ambiental; la iniciativa científica denominada el Reto de la Tierra 2020 impulsada para recopilar datos cientifico- ambientales importantes que pudieran transformarse en políticas públicas; el evento denominado Gran Limpieza Global para levantar basura en los espacios públicos; los Artistas por la Tierra quienes aprovecharían para usar el arte y la música como herramientas de concientización ambiental; las Huellas de Alimentos para el Futuro cuyo objetivo es conectar el tema de la alimentación con la crisis climática y, finalmente, que se diera una amplia difusión a las iniciativas emprendidas por los gobiernos subnacionales para atender la problemática a nivel local.
Si bien ya no podrá haber festejos públicos, donde unos con otros pudiéramos abrazarnos y realizar actos de reflexión masivos, acompañados de diferentes expresiones culturales, aún en este nuevo escenario no debemos dar marcha atrás a la reflexión. Aunque nos quedemos en casa, debemos de aprovechar este tiempo para conectarnos, usar las plataformas tecnológicas y generar espacios de análisis y concientización. Parte de la crisis que hoy presenciamos y que se manifestó en el campo de la salud, está asociado al tremendo deterioro que le hemos causado a los recursos naturales; lo importante para tener calidad de vida es contar con un medio ambiente sano.
Qué distinto sería para millones de ciudadanos hacer frente a esta pandemia sabiendo que tienen agua limpia para tomar, que cuentan con alimentos naturales para garantizar una dieta equilibrada en vitaminas y minerales, que pueden abrir las ventanas de sus casas y respirar un aire limpio, que si bien estamos guardados en casa podemos saber que tenemos la garantía de un medio ambiente sano para tener una mejor calidad de vida. El COVID-19 nos debe de impulsar a llevar a cabo una introspección personal para entender que sin agua y sin un medio ambiente sano no hay vida, los recursos naturales deben ser hoy nuestros aliados. El próximo 22 de abril hagamos un homenaje a la Tierra en la que queremos vivir los siguientes años.
Ambientalista