ANTIMIO CRUZ. CRÓNICA.
Nuestros científicos. Los granos son producto del mejoramiento genético en el CIMMyT y el INIFAP. Ese proceso de mejora continua ayudó a que la producción se incrementara de 800 a 5 mil 500 kilogramos por hectárea de 1950 al 2018, explica Héctor Eduardo Villaseñor Mir
Desde 1944 hasta 2020 México ha realizado 110 ciclos de recombinación y selección para mejorar variedades de trigo. Eduardo Villaseñor, en su trayectoria como genetista, ha liberado 49 variedades: 40 de trigo, 8 de avena y una de triticale. Sader
México es un país considerado centro de origen y domesticación del maíz, pero casi nadie sabe que el alrededor del 40 por ciento de la producción de trigo del mundo usa semillas desarrolladas en México por décadas a través del mejoramiento genético, actividad que han desarrollado conjuntamente el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Ese proceso de mejora continua ayudó a que la producción se incrementara de 800 a 5 mil 500 kilogramos por hectárea de 1950 al 2018, como explica a los lectores de Crónica el doctor en ciencias Héctor Eduardo Villaseñor Mir, investigador del INIFAP.
El olvido es un agente corrosivo. En México pocos recuerdan que en 1970 el Premio Nobel de la Paz fue otorgado al doctor Norman Borlaug, que coordinó el mejoramiento genético de trigo en México a su llegada de Estados Unidos en 1946 y que generó variedades que resistían la roya del tallo, eran de porte bajo o enanas y eran más productivas. Esas semillas pusieron en marcha la “Revolución Verde” con la que se combatió el hambre en diferentes países de África, así como en India y Pakistán.
“Desde 1944 hasta 2020 el mejoramiento del trigo en México se ha trabajado continuamente durante dos ciclos al año y ha realizado 110 ciclos de recombinación y selección. Podemos decir que el trigo mexicano es importantísimo para la alimentación de la humanidad. Muchos trigos que actualmente se siembra en China, Australia, India y África, se han hecho en México, con el sudor de mexicanos y científicos extranjeros. Por eso tenemos que verlo como un cultivo propio, como si fuera nuestro de México”, dice el doctor Villaseñor Mir.
El investigador mexicano precisa que las variedades mejoradas de trigo son metas alcanzadas en equipo y que en diferentes proyectos han laborado científicos del INIFAP, CIMMyT, la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) y el Colegio de Posgraduados (CP).
Aunque el experto ha desarrollado variedades de trigo mejoradas para siembras de riego, dice que hay una obligación ética en apoyar con tecnología a los productores que lo siembran en la temporada de lluvias en el verano. En temporales de baja precipitación, el trigo es mejor opción que el maíz, porque es de ciclo más corto y requiere menos agua, pero actualmente muchos prefieren sembrar maíz porque ahí se concentran muchos apoyos del gobierno.
El doctor Villaseñor Mir indica, que “las siembras de trigo de temporal se podrán incrementar”, si se les brinda a los productores el apoyo necesario, como nuevas variedades, semillas certificadas, asesoría técnica, precios accesibles en los insumos, organizarlos, impulsar los precios de garantía y agricultura por contrato, como ya ocurrió en Tlaxcala en las décadas de los 90´s y en la década pasada, cuando se sembraron entre 60 a 70 mil hectáreas que fueron comercializadas en la industria molinera de Puebla.
Hijo de un ingeniero agrónomo egresado de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA), en Texcoco, Estado de México, Héctor Eduardo Villaseñor vivió su infancia en un rancho en donde tuvo sus primeros acercamientos con el campo; ahí nació su interés por la agronomía y su decisión de entrar a estudiar a la ENA, ahora Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), de donde egresó como Ingeniero Agrónomo, especialista en Filotecnia en 1980, año en el que se inició como investigador en el Campo Experimental Valle del Yaqui, en Ciudad Obregón, Sonora, perteneciente al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), actual INIFAP.
Realizó Maestría (1984) y Doctorado (1996) en el Colegio de Postgraduados. Desde 1985 realiza mejoramiento genético de trigo y desde 1990 mejoramiento genético de avena, y a partir del 2003 es el Titular de los Programas Nacionales de Trigo y Avena del INIFAP, con sede en el Campo Experimental Valle de México (CEVAMEX), en donde su principal actividad es coordinar los ensayos nacionales de rendimiento, acción estratégica para liberar nuevas variedades.
En su trayectoria como genetista, ha liberado 49 variedades: 40 de trigo, 8 de avena y una de triticale. Es pionero en México del uso y aplicación de la androesterilidad en trigo para facilitar la selección recurrente, técnica que reduce en 80 por ciento el tiempo requerido para cumplir con un ciclo de selección; Valles F2015 es la primera variedad mexicana generada con esta metodología. También ha trabajado intensamente para mitigar los efectos de la sequía, realizando mejoramiento genético bajo condiciones de Humedad Residual, Temporales Erráticos y Riego Restringido.
“Para ser investigador en mejoramiento genético, tiene que gustarte el campo y el cultivo con el que trabajes, no debe molestarte levantarte temprano, andar entre la lluvia y las parcelas o llegar tarde a casa, y sobre todo tener la virtud de realizar el mejoramiento para generar mejores variedades. Si no es así, es mejor dedicarse a otra cosa”, porque tristemente el tiempo te va a juzgar, concluye el doctor Villaseñor Mir, cuando hace una recapitulación breve de su recorrido académico.