YUNUEN MORA. EL INFORMADOR.
El Mercadito se encuentra dentro de un proyecto más grande que rescata saberes desde la medicina tradicional, herbolaria y recuperación de tierras y cultivo

Hace cinco años, el colectivo Red de Defensoras de Jalisco dio paso al Mercadito Flor de Luna, ubicado en la calle Garibaldi #1275 en Guadalajara.
Un lugar colorido, con techo que simula el cielo de noche y pinturas al rededor, donde agricultoras de Jalisco y el país llevan sus productos orgánicos a vender para resistir.
Venden frutas, verduras, tortillas, café, chocolate, productos para el cabello, para la cara, artesanías, entre otros. Todos hechos por entre 300 y 400 mujeres de Jalisco, pero también de otros estados como Chiapas, Guerrero y algunos del norte del país, que conforman la red.

El Mercadito se encuentra dentro de un proyecto más grande y que funciona hace unos 25 años llamado Escuela Benita Galeana: Defensoras de Derechos Humanos y Ambientales, de donde se desprenden cerca de 18 colectivos, entre ellos la Red de Defensoras de Jalisco.
El proyecto trabaja con las mujeres en sus territorios y en procesos organizativos, educativos y de incidencia política: “es un proyecto de resistencia, cuidado y colectividad de las mujeres y sus familias, economía y salud. Rescatan sus saberes desde la medicina tradicional, herbolaria y recuperación de sus tierras y cultivos”.
A ellas también se les han dado talleres de cómo resguardarse, protocolos de seguridad y comunicación, pues por ejemplo, “al sur de Jalisco, donde las industrias de berries, aguacates y otros nuevos cultivos han arrasado con todo, las han puesto en riesgo”.
Aunque la pandemia de COVID-19 supuso una recesión económica en el país, en el Mercadito han logrado sobrellevarlo con la solidaridad y confianza de quienes llevan sus productos y los mismos consumidores.
“No ha sido (una experiencia) fácil pero sí muy hermosa. Las mujeres están preparadas para resistir eso y más”, concluyó Eva.