VERÓNICA MARTÍNEZ. POR ESTO YUCATÁN.
MAXCANU, Yucatán. El escarabajo “Aethina Tumida” (Pequeño Escarabajo de la Colmena, PEC), presente en Yucatán desde el 2012, sigue sin control por parte de las autoridades federal y estatal, y afecta a miles de colmenas, por lo que los productores subrayan que es urgente una intervención sanitaria, ya que en caso contrario se perderán centenares de colmenas.
“Que lo vean muy bien, que se vea cuál es el escarabajo, no vaya a ser como la varroa, que no la conocían y tardaron en darnos el remedio; así como estas colmenas, así está todo Yucatán, el apicultor que diga que no tiene es porque no va a su apiario, llevamos años con este bicho y cada apicultor va haciendo su juego de ajedrez con ellos, con remedios caseros, porque no se les puede echar cualquier cosa, esto es un problema y no hacen nada”, relataron Gregorio Balam Martín y José Luis Chin Ku, apicultores de este municipio.
Preocupados por los efectos que causan en sus colmenas, urgieron a que la autoridad y los investigadores encuentren un mecanismo de control del insecto que se alimenta de las abejas, las crías y el polen, por lo que terminan enjambrando (se van).
POR ESTO! publicó que, desde el 28 de mayo del 2012, la autoridad sanitaria, Senasica, confirmó la presencia del escarabajo de la colmena, aplicaron cuarentenas y eliminaron 600 colmenas en el 2013.
Hoy los apicultores aseguran estar cundidos de este problemático escarabajo.
POR ESTO! publicó en la edición del 23 de agosto del 2013 que este escarabajo, que afecta las colmena, significa un riesgo para la apicultura de la Entidad, porque fermenta la miel y agusana las colmenas. Por su causa, se han tenido que destruir cientos de colonias en Estados Unidos, Canadá y nuestro país.
La propia Sagarpa publicó en abril del 2013, en el Diario Oficial de la Federación, que este escarabajo exótico significa un riesgo y estaba presente en Coahuila y Yucatán, por lo que se requiere de una normatividad para su control, ya que está prohibido el uso de insecticidas en las colmenas.
En el 2014, el Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía informó que se llevó a cabo el Foro Internacional del Pequeño Escarabajo de la Colmena en Campeche, y la conclusión fue que los productores debían aprender a convivir con él, porque no es posible erradicarlo.
Se ha informado que el escarabajo ova en los panales, brotan miles de larvas, se alimentan de la miel y se desplazan hasta la entrada de la colmena, dejando a su paso secreciones que fermentan la miel.
Finalmente se dejan caer a la tierra y escarban 10 centímetros, para luego sufrir la metamorfosis y emergen como escarabajos que vuelven a subir a la colmena y vuelve a ovar.
La falta de información y difusión del problema ha generado confusión entre los apicultores, quienes desconocen las razones por las que sus colmenas están muriendo o hay muy baja producción.
La presencia de este escarabajo en la Entidad y la falta de conocimiento sobre él podrían poner en jaque la producción de miel en el Estado, que promediaba las 9 mil toneladas anuales y que representa el 40 por ciento de la producción nacional, pues la Entidad es el primer productor del país.
En Yucatán, hay más de 300 mil colmenas de las que se obtienen anualmente 9 mil toneladas en promedio.
La apicultura en Yucatán la practican más de 13 mil personas, pero es una actividad que realizan las personas de la tercera edad y que no es prioritaria entre las familias, sino un ingreso extra.
Este escarabajo, según la información de la Sagarpa, se llama “Aethina Tumida Murria” (Coleoptera: Nitidulidae), es un insecto conocido como el Pequeño Escarabajo de las Colmenas y es originario del Sur de África, pero actualmente está distribuido en gran parte del mundo. Ataca a colmenas de abejas melíferas y representa una plaga de importancia, porque afecta la industria de la miel y la polinización.
Desaparición de Apícola Maya confirma decadencia del sector
Por otra parte, la apicultura en Yucatán está muy mal, aunque la miel genera divisas, entran dólares, a nosotros no nos escuchan, no nos toman en cuenta y ocurren este tipo de abusos como los de la Apícola Maya; soy socio fundador desde 1977, yo di mi aportación y nunca me informaron nada, como tampoco nos dan ninguna solución al escarabajo de la abeja, ni cuando se necesita azúcar o lo que nos haga mejores apicultores; está a la baja esto”, afirmó Gregorio Balam Martín, apicultor de 67 años.
Acompañado por los apicultores Gilberto Rodríguez Canul, José Cándido Keb Cauich, Marco Chan Keb y José Luis Chen Ku, relató a POR ESTO! que en esta actividad la Apícola Maya jugaba un papel de mediador, ya que obligaba a los acopiadores privados a mejorar el precio.
Ahora, las empresas privadas pagan menos y a crédito, aunado a que no hay interés por los problemas del productor, como el escarabajo “Aethina tumida” o la sequía, o la compra de alimento en época de lluvias y mucho menos de los controles para la varroa y otras plagas.
“Me quedaron a deber”
“Lo que pasó en la Apícola Maya nos sorprendió a todos, yo siendo socio no tenía conocimiento de nada, todavía ese verano del 2016 nos dieron un poco de azúcar y se quedó pendiente 6,500 pesos por pagar la miel que compraron, que les entregamos; a mí me quedaron a deber y yo soy socio, aquí está mi constancia de socio fundador y aquí mi certificado de socio, firmado por esos señores Miguel Lara Sosa, Víctor Abán Uicab y Perfecto Pool Chi; y aquí tengo la de fundador, cuando Abdón Lara era el presidente y Plinio Escalante el gerente, es del 28 de febrero de 1997.
“Ser socio significaba recibir los remanentes al final de cada año, estar en la asamblea de informes, un seguro de vida, un mejor precio, pero nunca se dijo que se iban de la Ciudad Industrial a Dzoyolá ni que venderían ni nada.
Tampoco se informó que se daban de baja socios y ahora vemos en el POR ESTO! que en la planta en Dzoyolá ya no hay nada, todo desapareció, de haber 8 mil socios ahora nada y sin saber nada”, añadió Balam Martín.
Los documentos presentados por el apicultor muestran que, en 1977, la Apícola Maya era una “Sociedad Local de Crédito Agrícola de RI Apícola Maya”.
Este documento fue cambiado por un “Certificado de aportación de la Sociedad de Solidaridad Social de RL Apícola Maya de Yucatán”, que se renovó en el 2013.
“Cada año me descontaban una parte de lo que me iban a pagar de la cosecha, porque era mi aportación y así sumé más de 7 mil pesos, y cuando renové el certificado me lo rebajaron a 3,657.50 pesos”, dijo.
El peso
Gilberto Rodríguez Canul, de 88 años, también es socio fundador y recordó que viajó con los miembros de la Apícola Maya para conocer la abeja africana, lo que demostraba que era una empresa social a la vanguardia, que buscaba la capacitación y la información.
“Ahora nada, ni la Apícola ni nada, ni los gobiernos, no ha habido interés por la apicultura y eso que genera divisas, pero las empresas dan lo que quieren en el precio, la Apícola hacía que los privados mejoraran el precio, ahora nada”, dijo Rodríguez Canul.
Los apicultores expresaron su esperanza porque los gobiernos federal y estatal tomen cartas en el asunto, porque la apicultura es un bien y tener un comprador con objeto social ayudará a los productores.
Maxcanú es melífera
“Necesitamos que velen por nosotros en los momentos críticos, acá en Maxcanú es la zona de mayor producción en el Estado, somos más de 100 apicultores y de esos unos 10 ó 15 eran de Apícola, pero el que no estaba allá se beneficiaba porque el acopiador privado mejoraba el precio; acá se sacan en promedio unas 150 toneladas en el ciclo, lo mejor es que haya más centros de recepción, porque se mejora el precio, porque el problema de que nos pagan mucho menos de lo que se exporta sigue; en el 2007, en el POR ESTO!, lo publicaron y así sigue”, dijeron.
Recalcaron que el regreso de la Apícola Maya o que Segalmex incorpore la miel en la compras de producción local, ayudaría al sector, pero además se requiere que las autoridades se involucren, conozcan a las plagas, las enfermedades y los retos ante sequías severas o falta de alimento.
“Hoy, por ejemplo, estamos en una situación complicada, hay frío, no hay el tajonal ni la enredadera, el clima no ayuda y además el escarabajo, y luego precio bajo, pues es muy difícil”, comentaron.
Adeudos
Comentaron que la falta de interés de las autoridades en la apicultura ha sido evidente, ya que reportaron adeudos del programa Progan del 2018 y del Proagro 2018.
“Estamos convocados por el Siniiga para el 30, pero hay la desconfianza, nos adeudan, se debe dinero del Progan y del Procampo (Proagro), no nos toman en cuenta y sólo pasan estas cosas, no nos dan el apoyo o se roban y hay malos manejos como en la Apícola, no hay orden”, dijeron.
Ejemplificaron que la Apícola Maya contaba con dos Centros de Acopio de nueva construcción y maquinaria, que fueron inaugurados, y el tesorero Perfecto Pool “nos dijo que era de nosotros, de los socios, de los apicultores y nada de eso, uno ya no opera desde hace 3 años y el otro lo opera un privado, Ariel Catzin Ci”, dijeron.
Un centro de acopio se ubica en San Periquito, al Poniente de Maxcanú, en el desvío a Halachó, y el otro en el camino antiguo a Campeche.
“Queremos que el gobierno defina qué se va a hacer, no está bien, esto no está bien”.
POR ESTO! publicó en su edición del 22 de enero que las instalaciones de la Apícola Maya lucen saqueadas, totalmente desmanteladas y fuentes cercanas a la empresa social han detallado que la Apícola dejó de ser social, porque la sociedad la conformaban el presidente, así como sus cercanos, y señalaron a uno de los proyectistas al que se le debía dinero como el que desmanteló la planta, ubicada en Dzoyolá, Kanasín.
El Gobierno del Estado ha expresado, a través de la Dirección de Ganadería, que analizan el caso y la viabilidad del rescate.
Silencio de la Sader
Se ha informado que la Apícola Maya era la única empresa social del ramo, que estaba equipada y era reconocida a nivel internacional, pero por malos manejos de administración era rescatada periódicamente por el gobierno, hasta que dejó de operar en junio del 2016, derivado de la orden de embargo del SAT por la falta de pago de impuestos de años anteriores.
El viernes pasado, apicultores de Suma de Hidalgo relataron que la Apícola llamaba socios de la empresa a quienes firmaban los créditos por 30 mil pesos de cada apicultor, hasta juntar 36 millones para que la Apícola tuviera dinero para pagarles la miel.
POR ESTO! solicitó desde el miércoles 23 a la Sader en la Ciudad de México una entrevista con el área jurídica o de ganadería para ampliar el tema, pero hasta ahora no ha habido respuesta.