viernes , 18 septiembre 2020
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Fabrican hormigueros impresos en 3D para producir escamoles

ANTIMIO CRUZ BUSTAMANTE. CRÓNICA.

Estudiantes de la UNAM diseñaron Azcatl, hormiguero que ayuda a las hormigas a establecer sus colonias de forma rápida y fácil. Ya se prueba en Hidalgo.

Fabrican hormigueros impresos en 3D para producir escamoles | La Crónica de Hoy

Los huevos de hormiga o escamoles son uno de los platillos mexicanos más exóticos y caros, pues contienen una elevada cantidad de nutrientes. Sin embargo, la extracción de esos huevecillos llega a implicar la destrucción de los hormigueros por lo que dos estudiantes de diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Karla Rosales y Mariana Cervantes, fabricaron estructuras de hormigueros, impresas en 3D que pueden ser pobladas con insectos y hacer más eficiente la obtención y comercialización de escamoles.

Azcatl es el nombre del hormiguero prefabricado que ayuda a las hormigas a establecer sus colonias de forma más rápida y fácil. Con esta ayuda el ciclo de repoblación no se interrumpe de forma drástica produciendo escamoles o hueva de hormiga utilizada en la cocina mexicana como un manjar y excelente fuente proteínica en todas las temporadas.

Estos hormigueros están en prueba en comunidades del estado de Hidalgo donde están evaluando la aceptación de las comunidades de hormigas y la resistencia de las estructuras desarrolladas por las universitarias, ante las condiciones del medio ambiente.

De acuerdo con diversos estudios la población mundial aumentará en 9 mil millones de personas para el año 2050. A consecuencia de esto el desabastecimiento de agua y comida crecerá de forma importante y nuestro planeta no será capaz de cubrir la demanda. Las posibilidades de una crisis alimentaria global, son reales.

En entrevista con Crónica, Mariana explicó que la primera idea de este hormiguero surgió gracias al contacto con una especialista en biología, la doctora Rocío, quien les explicó la dinámica social de las hormigas y la estructura de los nidos. Al entender que los nidos cumplen con una forma llamada diseño paramétrico —similar al que presentan algunos corales y esponjas— las estudiantes decidieron aplicar a su diseño algunos algoritmos o racimos de operaciones matemáticas.

“El nido cuenta con una cámara que a nosotros nos interesó mucho y que se llama trabécula que es donde se depositan los huevos. El problema actual es que cuando se sacan los nidos de los huevos de hormiga o escamoles se tiene que romper una parte de la trabécula, por lo que se pierde el trabajo de las hormigas de mucho tiempo. Lo que planteamos con este diseño es conservar el hormiguero lo mejor posible y ayudar a domesticar las hormigas, como lo hemos hecho con las abejas, a lo largo de miles de años”, dijo Mariana Cervantes.

ESFORZADA INNOVACIÓN. Karla Rosales explicó que todo fue trabajo en equipo y que ambas universitarias hicieron la innovación en horas libres y los fines de semana, al mismo tiempo que cumplían sus responsabilidades en otros empleos con un horario fijo.

“Nos fuimos a conocer las comunidades del estado de Hidalgo donde es importante la producción de escamoles, cerca de Ixmiquilpan. Ahí vimos otras dificultades que enfrentaba nuestro diseño. Actualmente una de nuestras primeras piezas está enterrada, ya casi lleva un año, y estamos a la espera de cómo está reaccionando la comunidad de hormigas en condiciones de campo, donde influyen de manera más directa los cambios de temperatura, las condiciones del clima y la presencia de otros animales diferentes a las hormigas”, dijo Karla Rosales.

Para Rosales, el diseño del hormiguero y el reconocimiento que recibieron por esta innovación de parte de la fundación británica James Dyson ayuda demostrar que el diseño puede aliarse con otras áreas del conocimiento para desarrollar soluciones a problemas sociales.

Por su parte, Cervantes explica que una de las dificultades para hacer innovación en México es la falta de recursos disponibles para trabajar en proyectos creativos. Eso obliga a los jóvenes con ideas a tener que combinar su trabajo de creación e innovación con empleos normales. Esto reduce el tiempo disponible para crear.

“A nosotras nos gustaría crear un laboratorio de insectos comestibles mexicanos y que la gente se interesara en esas especies como posible solución a los problemas alimentarios. Hay problemas, como el cambio climático, la urbanización y la sobreexplotación que están afectando las fuentes de alimentos.  Con el desarrollo de estos hormigueros impresos en 3D podemos aprender más sobre cómo se comportan las comunidades de hormigas y cómo les afectan factores externos, como los cambios de clima. Esto nos puede ayudar para que más investigadores estudien el tema y que haya empresas interesadas en invertir recursos en ello”, añadió Mariana Cervantes.

Karla Rosales y Mariana Cervantes estudiaron diseño industrial en el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial en la UNAM, en donde se conocieron y trabajaron en equipo en diversos proyectos.

Durante el 2013, las dos estudiantes hicieron un intercambio en España; Karla en la Universidad Politécnica de Valencia y Mariana en la Universidad Politécnica de Cataluña.

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