BLANCA JUÁREZ. EL ECONOMISTA.
La Consami hizo un llamado a fijar un salario para este sector. De acuerdo con el organismo, el 33% gana menos de 123 pesos al día por jornadas de más de 8 horas.
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) hizo un llamado a “saldar una deuda histórica” con las más de 8.5 millones de personas que se dedican a trabajar en el campo para que en éste y otros países haya alimentos.
Recordó que en el 2019 el Congreso modificó el artículo 280 bis de Ley Federal del Trabajo, y estableció la obligación de la Conasami a fijar los salarios mínimos profesionales de las y los trabajadores del campo.
En México, laboran más de 2.4 millones de jornaleros agrícolas. Sumando a sus familias, que frecuentemente se unen a ese trabajo, incluso siendo menores de edad, son más 8.5 millones de personas, de acuerdo la Conasami.
El pasado 30 de abril, cuando el gobierno federal decretó la emergencia sanitaria por la enfermedad Covid-19, ordenó la suspensión de diferentes actividades que no son primordiales para el país en momentos como éste.
Y decretó cuáles serían las actividades que sí son esenciales para el funcionamiento de la sociedad. La industria de los alimentos y la agroindustria, a la que pertenecen los jornaleros, se encuentra dentro de ellas. Por lo tanto, ellos no pueden parar.
Sus condiciones laborales
El 88% de las personas jornaleras no gana más de dos salarios mínimos por tareas que implican grandes esfuerzos físicos. De ellos, 33.3% gana sólo un salario mínimo o incluso menos que eso. Actualmente el sueldo promedio se ubica en 123.22 pesos al día.
Sin embargo, la propuesta es incluirlos en el listado de salarios mínimos profesionales, junto con otros 59 oficios y profesiones. La remuneración mínima de quienes están dentro de ese grupo este 2020 es de 123.92 pesos diarios, que es para los manejadores en granjas avícolas.
Además de ínfimos sueldos, su contratación está sujeta a la temporalidad de los cultivos. “Por tanto, su ingreso no les garantiza la satisfacción de las necesidades básicas para todo el año”, advierte la Consami. Es por eso que las familias enteras se emplean en los campos, explica.
Además, 93.4% de quienes laboran en esta industria no tiene contrato escrito. Al 90.9% no le proveen de seguros de salud, a 85.3% no le pagan prestaciones laborales y 60% trabaja una jornada más de una jornada al día, indica la Conasami.
Trabajan en explotaciones agrícolas, ganaderas, forestales, acuícolas o mixtas únicamente en determinadas épocas del año. Son requeridos por uno o más empleadores, de acuerdo con el Atlas de la Agroindustria, de la fundación Heinrich Böll.
Sus derechos laborales y su integridad física son vulnerados, dice la investigación. “La mayoría de las veces cuentan con limitadas herramientas para defender su trabajo y sus condiciones de vida de manera digna”.
Desde octubre del 2019 la Comisión del Trabajo y Previsión Social del Senado de la República aprobó una minuta de la Cámara de Diputados para que estas personas cuenten con seguridad social, incluso cuando estén en un periodo de prueba.
Si bien el dictamen a la reforma de varios artículos a la Ley del Seguro Social y de la Ley Federal del Trabajo fue en sentido positivo, la propuesta no ha sido llevada al pleno del Senado para que pueda ser aprobada en definitiva.