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La vida de los hombres de mar

PILAR FALLER MENÉNDEZ. POR ESTO!

La vida de un pescador está marcada por las estaciones del tiempo, y la época en la que se reproducen las especies marinas. Es un oficio incierto porque no existe la seguridad de la cantidad de especies que van a poder capturar aun cuando sea la temporada de pesca de los mismos. Se hacen a la mar los que van en embarcaciones grandes por algunos días, algunos durante 17 días, esperando que a su retorno hayan podido llenar sus redes y conseguir el sustento para sus familias, esperando que empiece la temporada de pesca de otra especie.

La temporada de pulpo que duró cuatro meses y medio, y el mar fue generosa con ellos, ya que la temporada cerró con expectativas mayores a las que esperaban, por lo que podrán tener sustento, en lo que empieza otra temporada de captura, ya que comentan que la pesca de escama está baja.

Los pescadores de embarcaciones pequeñas, no corrieron con la misma suerte debido a los nortes que entraron en las costas, y terminaron la captura una semana antes, pero también pudieron llenar sus redes y verse beneficiados con la captura del pulpo que finalizó con gran alegría, y los venteros de comida se acercaban a las embarcaciones entre música y pregones ofreciendo sus productos a estos valientes hombres de mar, que salen con la esperanza de regresar sanos y salvos, con sus redes cargadas, mientras esperan la fecha de la próxima temporada, en este caso de escama, que comienza el 27 de diciembre.

Para las personas que viven del mar y están cerca de él, parece obrar de un modo diferente, ya que les forma un carácter muy especial y diferente al de los demás, es la manera en la cual aprecian su entorno y aprecian su vida, al dejar atrás a sus seres queridos, y convivir con sus compañeros compartiendo el trabajo, la comida y el clima que no siempre es favorecedor.

A pesar de que esta temporada es buena, no se tiene la certidumbre que la próxima será igual, por lo que deben de ser cuidadosos y administrar el fruto de su trabajo, porque desgraciadamente los factores de los que dependen, corresponden a la madre naturaleza que según las condiciones climáticas les permite o no, regresar al mar para continuar sus labores de pesca, aunque algunos se toman un descanso, y permanecen en tierra por más tiempo, trabajando en empleos temporales, en espera de una temporada que les pueda ser más redituable.

Ser un hombre de mar implica mucho sacrificio, tanto de ellos como de sus familias, porque siempre existe el peligro de no regresar con vida, porque como dicen, el mar es traicionero, pero también generoso. Es gratificante poder leer que han corrido con suerte y que esta temporada ha sido buena. Esperemos que las que vienen tengan los mismos resultados y puedan hacer frente a los gastos que implica tener una familia que vive de lo que el mar les da.

 

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