DARÍO CELIS. EL FINANCIERO.
La SE estrenó la ‘hora feliz de la certificación del mezcal’, comenta Darío Celis.
EL EXCESO DE certificadores de mezcal va a generar un caos en esta pujante industria. El gobierno de Enrique Peña Nieto quiso romper el monopolio, pero a la 4T se le está pasando la mano.
La Secretaría de Economía que lleva Tatiana Clouthier estrenó la temporada “La hora feliz de la certificación del mezcal”, al avalar hasta cinco nuevos organismos.
Ciertamente, se rompió un monopolio y la imparcialidad del laboratorio que verificaba la calidad de la producción de más de dos mil mezcaleros mexicanos.
Pero con esa decisión la 4T va a provocar una guerra sucia entre productores, certificadores y comercializadores de mezcal por un mercado que vale ya unos 300 millones de dólares anuales.
Pero sobre todo se dará pie a una feroz lucha en pos del control político de las organizaciones productoras, justo en la antesala de la carrera por la gubernatura de Oaxaca, el principal productor.
Ayer, productores y autoridades de Economía discutieron los riesgos para la industria, el mezcal y los consumidores, tener tanto organismo certificador y los riesgos de que se corrompa el mecanismo vía camarillas, agrupaciones e intereses creados.
Detrás de la autorización está una lucha por los recursos que provienen de la certificación de los ocho millones de litros, ya que cada productor paga 80 centavos por litro de mezcal que se certifica.
Desde el sexenio pasado Economía, por conducto de Alberto Esteban y Rocío Ruiz pretendió disminuir y dividir al Consejo Regulador del Tequila y al Consejo Regulador del Mezcal.
El director de Normas y la subsecretaria consideraban que tenían mucho poder político y económico, pero no pudieron bloquearlos, aunque sí sembraron la división, sobre todo entre los productores oaxaqueños.
En mayo un grupo de productores de mezcal tiró a Hipócrates Nolasco Cancino, quien llevaba casi una década al frente del Consejo Regulador del Mezcal y controlaba el laboratorio certificador.
Con el apoyo del gobierno de la 4T y del gobierno de Alejandro Murat, subió Avelino Cohetero y se creó el Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal.
Pero de resolverse el problema entre los productores de mezcal de Oaxaca, ahora los problemas son mayores porque Nolasco y su grupo controlan el organismo de verificación.
Éste tiene como propósito comprobar la calidad del producto, desde la plantación de agave, la producción, el envasado y la comercialización.
Economía, en una decisión salomónica, pero que a nivel internacional va tener muchos cuestionamientos, optó por crear cinco organismos certificadores, uno a la medida de cada agrupación.
Apunte el Comercam, PAMFA, Certificación Mexicana, el Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán y hasta Spirits of México.
Hasta ahora hay nueve estados que tienen el beneficio de la Denominación de Origen, pero con la llegada del gobierno de Morena muchos presionan para que se les reconozca como productores.
Son los casos del Estado de México, Nuevo León, Morelos y Aguascalientes. Pero actualmente solo Sinaloa lo ha logrado en los municipios de Mazatlán, Rosario, Concordia y San Ignacio.
Como en ningún país del mundo que tiene a buen resguardo sus denominaciones de origen de bebidas alcohólicas, la democratización de los organismos certificadores son un riesgo alto para el consumidor.
Sobre todo cuando están en duda los controles de calidad en estos procesos. El populismo de la 4T no debe jugar con la salud de los consumidores mexicanos y extranjeros.