NORMA SÁNCHEZ. NORO.MX.
La periodista sinaloense Norma Sánchez escribió para NORO este reportaje sobre tres sociedades cooperativas de Sinaloa integradas exclusivamente por mujeres costeras que están transformando la historia de la pesca en el Golfo de California, México. Susacciones se basan en la pesca sustentable y la participación social colectiva.
Tras años de trabajar en la pesca pero siempre detrás de los hombres, un grupo de pescadoras de 28 a 78 años de edad decidió organizarse y fundar sus propias sociedades cooperativas. Ellas buscaban ser reconocidas y aceptadas a la par que sus esposos y otros pescadores. Las Almejeras de Santa Cruz, las Lobas del Manglar y Las Banas Guerreras nacieron en 2017, en una región de la costa del estado mexicano de Sinaloa. Ahí, la participación de las mujeres ha sido históricamente invisibilizada.
Las pescadoras de las tres cooperativas, usuarias del Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones, uno de los más importantes para México, rompieron con las tradiciones al abrir un camino a la inclusión social y a una nueva visión de la pesca. Para ellas, la restauración del mar, el equilibrio de los ecosistemas y la seguridad alimentaria son sus guías.
Inclusión de las mujeres costeras en el sector pesquero
Cuando las socias de las Lobas del Manglar recibieron una panga y un motor en Las Aguamitas, una comunidad pesquera del municipio de Navolato, Sinaloa, Vanesa Inzunza no pudo contener el llanto: “Casi me hacía loca, no pasé más que llorando. No lo podía creer que fuera de nosotras”.
A la presidenta de la sociedad cooperativa le parecía imposible que un apoyo gubernamental aparentemente ordinario trastocara tanto su historia personal. Su madre, pescadora de toda la vida y hoy retirada, nunca tuvo una embarcación propia. En esa comunidad de 1 648 habitantes, quienes recibían ese tipo de apoyos eran solamente los hombres organizados.
Experiencias como esta, que excluyen a las mujeres de los beneficios para el sector pesquero, motivó a un grupo de 31 pescadoras a crear sus propias cooperativas. Lo hicieron en una zona de la costa de Sinaloa con alta marginación social y donde el trabajo de las mujeres no es reconocido.
Las Almejeras de Santa Cruz, las Lobas del Manglar y Las Banas Guerreras nacieron en 2017 como las primeras cooperativas pesqueras de la región integradas exclusivamente por mujeres. Las Almejeras y las Lobas se ubican en Altata y en Las Aguamitas. Estas son localidades usuarias del Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones, situado en los municipios de Navolato y Culiacán. Las Banas Guerreras se ubican en Dautillos, municipio de Navolato.

Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones
El Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones es considerado una prioridad para México debido a su amplia diversidad de productos pesqueros, los cuales son de interés económico para las comunidades de la zona. Este sistema se encuentra sobre una franja costera de 55 kilómetros de longitud donde cohabitan siete localidades que dependen del aprovechamiento de las especies del mar: Altata, El Tetúan Nuevo, El Tetúan Viejo, Las Aguamitas, El Castillo, Las Puentes y Las Arenitas.
De acuerdo al Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa (CODESIN), la actividad pesquera en esa región es fuente de empleo de 42 mil trabajadores directamente involucrados en el sector pesquero. También de 2 104 personas dedicadas a la acuicultura y otras actividades de la pesca. Esto representa el 74% y el 69% de ocupación del sector.
La lucha por los derechos de las mujeres en la pesca
Aunque las mujeres participan activamente en toda la cadena de valor y producción del sector pesquero, su trabajo es infravalorado.
El programa Igualdad de Género en el Mar destaca como barreras de participación de las mujeres pescadoras las siguientes: la subrepresentación en las estadísticas y en la implementación de políticas, la no remuneración y la exclusión.
Eso lo tienen bien claro las mujeres de la costa de Sinaloa, quienes ante el aislamiento y la invisibilidad de su trabajo en la pesca, decidieron fundar sus propias cooperativas pesqueras. Primero nacieron las Almejeras de Santa Cruz, integrada por nueve mujeres de 40 y 63 años de la localidad de Altata. Altata es uno de los destinos turísticos más atractivos de Sinaloa por su rica oferta gastronómica. Productos frescos del mar como almejas, camarones, ostiones, jaibas y peces de escama, son ingredientes principales en los platillos.
La historia de las Almejeras destaca por el extraordinario liderazgo de su presidenta, Yanett Castro. Ella es una joven pescadora que ha inspirado a otras mujeres costeras, quienes le reconocen haberlas motivado a crear sus propias organizaciones y hacerlas visibles.
Para Alicia Bueno Ramos, socia de Las Banas Guerreras, fue hasta que se integraron en una cooperativa cuando se les reconoció. Haber recibido una panga con motor es para ella el logro más significativo.
“Nosotras carecíamos de muchas cosas, íbamos de raite, en camión. Hasta que un día nos vio la Yanett y nos organizábamos como lo que estamos ahorita. Si eras (pescadora) libre no podías, tenías qué tener un socio”. Alicia Bueno Ramos, socia de Las Banas Guerreras.

Las Banas Guerreras
Las Banas Guerreras nacieron con 14 socias de 28 y 67 años. Su presidenta es María de la Luz Bueno Ramos, una pescadora de 55 años líder entre las asociadas. La mayoría de estas mujeres son consanguíneas de una familia paterna de apellido Bueno, del cual toma su nombre la organización.
La cooperativa Las Lobas del Manglar se integra por ocho socias de 34 y 78 años. Vanesa Inzunza Lugo encabeza el grupo, una pescadora de 39 años que proviene también de una familia de pescadores donde solo los hombres recibían apoyos institucionales. Hoy, ella reconoce que el trabajo colectivo entre mujeres le ha cambiado la vida.
Aunque la edad de estas mujeres varía entre los 28 y 78 años, su historia es compartida: viven para la pesca, pero excluidas de los espacios de participación más relevantes para el sector pesquero.
Algo que demuestra lo anterior es la experiencia de discriminación que enfrentaron al no ser reconocidas como pescadoras beneficiarias de los apoyos gubernamentales. Fue hasta que se organizaron en cooperativa cuando esto cambió. “Antes ni existíamos”, subraya Vanesa Lugo, líder de las Lobas.
Otro hecho que refleja la desigualdad que enfrentan las mujeres en la pesca es el trato recibido al solicitar sus propios permisos de pesca en 2017. Sus solicitudes se frenaron durante dos años sin razón aparente por funcionarios gubernamentales, cuenta la presidenta de la Almejeras, Yanett Castro.
Autonomía económica de las mujeres costeras
A partir de que obtuvieron sus propios permisos y una panga con motor, su participación laboral y autonomía económica aumentaron. Estas mujeres costeras iniciaron además un proceso de capacitación en técnicas de manejo integral de los productos del mar, con un enfoque de pesca sustentable. Hoy, después de cuatro años de la creación de las cooperativas, las pescadoras comienzan a tener voz y voto, apunta Yanett Castro.
Las socias de las tres cooperativas han enfrentado también resistencias por parte de algunos hombres pescadores que percibían que les estaban quitando algo que a ellos les pertenecía. La presidenta de las Almejeras señala que “no le estamos quitando el lugar a nadie, ni nos los dieron. Nosotras nos estamos apropiando de los lugares, nos estamos capacitando, nos estamos fortaleciendo unas a otras y vamos a cambiar esta historia”.
En 2019, las Almejeras y las Lobas obtuvieron cada una su propio permiso de pesca de ostión de mangle; a Las Banas Guerreras se les autorizó uno para explotar ostión de mangle y almeja pata de mula. Las tres cooperativas recibieron su propia panga con motor que pronto se convirtió en una herramienta de autonomía, un símbolo de libertad. Ahora no tendrían que depender de la embarcación prestada por las cooperativas, que hasta ese entonces estaban integradas solo por hombres.
Estas mujeres pescadoras se organizan en colectivo, en alianza, para utilizar la embarcación por periodos previamente acordados. Se ayudan mutuamente para contribuir con la pesca legal y sustentable, defendiendo sus espacios de participación.
Formar una cooperativa les abrió el camino hacia el reconocimiento de sus derechos. En esto, dos organizaciones civiles han sido clave para el fortalecimiento de sus competencias: Pronatura Noroeste y Environmental Defense Fund (EDF).

Cambiando el rumbo de la pesca
En el Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones del estado de Sinaloa, México, un grupo de pescadores apuesta por el manejo integral de los recursos pesqueros, desafiando las prácticas de sobreexplotación y pesca ilegal que han provocado la desaparición de algunas especies importantes para la región.
En este plan de conservación y restauración del mar participan las mujeres de las cooperativas Almejeras de Santa Cruz, Lobas del Manglar y Las Banas Guerreras. Estas son las únicas organizaciones pesqueras integradas exclusivamente por mujeres pescadoras de la región.
Estas mujeres costeras de Sinaloa encabezan diversas acciones colectivas que incluyen brigadas de limpieza del mar y la zona de mangle. También participan activamente en un importante programa de monitoreo biológico de la almeja chocolata, una especie que desapareció durante 10 años y hoy está en proceso de recuperación.
La fuerza y energía de estas mujeres está cambiando la visión en sus comunidades hacia el cuidado de la naturaleza.
Las mujeres: guardianas de la almeja chocolata de Altata
A mediados de 2018, el Fondo de Defensa Ambiental de México (EDF, por sus siglas en inglés) y Pronatura Noroeste (PNO) establecieron un FIP para la almeja chocolata (Megapitaria squalida) en el Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones. El objetivo es evaluar y recuperar dicho producto.
El FIP (Fishery Improvement Project) es un Plan de Manejo Pesquero que busca recopilar datos estadísticos sobre el estado de salud de una especie pesquera agotada, hasta lograr que sus condiciones y producción se regularicen. El proyecto FIP de la almeja chocolata se ubicó en Altata, Sinaloa, y concluirá en 2024.
EDF es una organización internacional de la sociedad civil con más de 50 años de trabajo y experiencia en problemas medioambientales. En México, EDF vincula ciencia, economía, marco legal y alianzas estratégicas e innovadoras en cuestiones de clima, energía y océanos desde 2009.
Yanett Castro, presidenta de las Almejeras, indica que gracias a este Plan de Manejo Pesquero y a la participación conjunta del sector social, gubernamental y académico, hoy la almeja chocolata se recupera.
“La recuperación de la chocolata es el reconocimiento más fidedigno que puede tener nuestra comunidad y EDF del trabajo que se está haciendo en Altata. Sin el apoyo de ellos para nosotros fuera imposible tener esta recuperación y todos los logros en la organización”. Yanett Castro, presidenta de las Almejeras de Santa Cruz.
Este proceso de recuperación ha sido posible gracias a la generación de datos, el acceso a la información confiable y la participación conjunta de sociedad civil y Gobierno. Estos entes han incluido la visión de las mujeres costeras de Sinaloa, quienes son parte de toda la cadena de valor y producción pesquera en la región.

Monitoreo de la almeja chocolata
Para alcanzar los objetivos del FIP, en 2019 se habilitó una zona de refugio de 1 600 metros de longitud en la Bahía de Altata. Aquí las semillas del molusco son monitoreadas biológica y genéticamente para medir su crecimiento y maduración. Hoy la especie está en veda. Será hasta que concluya el programa cuando esté lista de nuevo lista para su explotación permanente.
Los logros alcanzados con este molusco han sido posibles por la participación comprometida de las mujeres pescadoras. Ellas aportan un valioso trabajo operativo en la zona de refugio como monitoras de la especie y analistas de datos obtenidos.
Este 31 de marzo de 2022, Pronatura Noroeste y EDF entregarán el siguiente informe de progreso del FIP, que actualmente tiene un avance del 75%. En este contexto, Yanett Castro señala que “Altata tiene un futuro prometedor con la almeja chocolata”. Agrega que se podrá exportar si continúa un proceso sostenido para su recuperación, con la participación colectiva y la inclusión de los pescadores.
Yanett Castro inspira a otras mujeres a defender sus derechos
Un estudio de la organización civil Oceana México advierte que 4 de 10 pesquerías del país se encuentran en condiciones de sobreexplotación, pesca ilegal, destrucción de hábitat marinos y contaminación. Esto pone en riesgo las especies marinas y el trabajo y bienestar de 300 mil pescadores ribereños y sus familias que dependen de la pesca.
Las pesquerías con mayor presencia nacional que están próximas a colapsar son las de escama marina, tiburón, camarón, pulpo y jaiba. Para las comunidades que habitan en el Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones de Sinaloa, la conservación de los peces de escama, el camarón y la jaiba se vuelve vital. Estas son las especies de mayor presencia regional.
Además del Plan de Manejo Pesquero, EDF desarrolló en 2017 un programa de fortalecimiento de comunidades pesqueras en este sistema lagunar. Su implementación ha dado frutos con la profesionalización del sector, que ha valorado a las mujeres costeras de Sinaloa.
El programa se centró en la capacitación directa de pescadores. Ellos participaron en ocho módulos sobre pesca sustentable, gestión de proyectos, buenas prácticas y mercados para la comercialización, así como habilidades de comunicación y negociación.
Yanett Castro, líder de las Almejeras, fue una de las beneficiadas. Ella afirma que estos espacios marcaron un antes y un después para las mujeres pescadoras. “Al concluir ese proceso de fortalecimiento (salí) con la idea de formalizar las cooperativas de mujeres. Antes de este proceso de conocimiento, donde a mí se me enseñó con ejemplos que otras mujeres estaban haciendo este tipo de organizaciones, yo no sabía que las mujeres podíamos tener una cooperativa, que podíamos tener acceso a los permisos”.

Reconocimiento que se replica a otras mujeres costeras de Sinaloa
Yanett Castro fundó su cooperativa en Altata y buscó al mismo tiempo que otras pescadoras hicieran lo mismo en los campos pequeros Las Aguamitas y Dautillos. La fundación de las organizaciones transformó la vida de estas mujeres.
“Gracias a Dios, y a Yanett que las invita a hacer esta cooperativa, pues ya somos reconocidas. Ahorita que fui al Congreso del Estado y vi a mi mamá plasmada en esa imagen, a mí me llenó de orgullo verla ahí porque ya empieza a ser visible. Esa fue mi más grande felicidad”. Guadalupe Marqués Bueno, hija de la fundadora y presidenta de Las Banas Guerreras.
Entre las principales satisfacciones que reconocen las mujeres pescadoras a las que ha inspirado Yanett Castro en la costa de Sinaloa, destaca su inclusión en el padrón gubernamental de pescadores. Esto les permitió tener acceso a los apoyos y espacios de participación social.
La participación de las mujeres en el manejo integral de la pesca
Otra experiencia que marcó la trayectoria profesional de algunas mujeres pescadoras de la costa de Sinaloa fue su inclusión en la creación del Plan de Manejo Pesquero para el Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones. Este es un programa vigente desde septiembre de 2019.
Este plan fue considerado “único en su tipo para Sinaloa” por la organización civil internacional EDF. Las razones: incorporó la visión de las y los pescadores de la región e involucró a cinco recursos pesqueros y siete comunidades que cohabitan en las más de 2 mil hectáreas que componen el sistema lagunar.
Esta región se distingue por la presencia de camarones, jaibas, moluscos como almejas, ostiones y caracoles, así como algunos tipos de peces de escama. De estos productos depende el ingreso económico de las familias.
La zona es uno de los humedales prioritarios para México. Aquí, la fauna es diversa: alberga más del 40% de las aves acuáticas migratorias invernantes del país, así como algunos tipos de fauna silvestre importantes para el ecosistema. Algunos de estos son la tortuga golfina Lepidochelys olivácea, el cocodrilo Crocodylus acutus y el delfín nariz de botella Tursiops truncatus.
Toda esta riqueza convierte a la región en una de las más importantes del país. Las mujeres pescadoras han estado presentes en todos los espacios de la producción pesquera: capturando el producto, procesándolo para su comercialización, preparando alimentos, empacándolo. Pero su rol no era visible.

Foto: Juan Carlos Cruz. Contraluz. Congreso del Estado de Sinaloa.
Un plan pesquero que dio voz a las mujeres costeras de Sinaloa
Yanett Castro fue una de las pescadoras que participó en el diseño del Plan de Manejo Pesquero. Actualmente, Yannet forma parte de un comité de manejo que de ahí surgió. Este es un espacio donde se escuchan las voces de las y los pescadores y de la sociedad civil.
“Que se me haya dado la oportunidad de estar dentro del comité, dentro del FIP, y ser una de las voces fundamentales en estar generando información, en estar preguntando, en estar asistiendo a estas juntas y que mi voz sea escuchada, mi conocimiento… pues eso es parte de la resiliencia y parte de la igualdad de género, porque no los estamos escribiendo a lo mejor, pero lo estamos haciendo, estamos siendo parte del sector, nuestra participación está siendo aceptada”. Yanett Castro, presidente de las Almejeras de Santa Cruz.
Para la líder de las Almejeras, la apertura de estos espacios de participación ha sido posible gracias al apoyo y confianza de esposos y familias, que valoran el aporte de las mujeres en la pesca. “Gracias, familia, por remar juntos esta barca. Sin su apoyo me hubiera sido imposible: Jesús Ramón (Chuchuy), mi esposo, y mis grandes tesoros, Jesús Daniel, Vanesa y Violeta”.

Foto: Juan Carlos Cruz. Contraluz. Congreso del Estado de Sinaloa.
El reto de la sostenibilidad en la pesca
La pesca sustentable es aquella que se limita a la captura de las especies del mar sin afectar ecosistemas ni personas. Busca mantener de manera sostenible la población de peces, sin disminuirla. Esto está asociado a la seguridad alimentaria: pesca ilegal y sobreexplotación ponen en riesgo a las especies, alimento de millones de familias.
En el Sistema Lagunar Altata-Ensenada de Pabellones, uno de los principales obstáculos para alcanzar la sostenibilidad de la pesca es el desconocimiento de los pescadores. La mayoría solo conoce las técnicas tradicionales de explotación que han alterado por años la naturaleza.
Urge enseñarles otra manera de actuar, señala Yanett Castro, porque “no hay una cadena de trazabilidad que le permita al pescador sacar menos y ganar más. Estamos en la conciencia de siempre. De sacar en volúmenes como es la propia naturaleza de la pesca y creer que ahí está la máxima ganancia”.
El proceso de transferencia de conocimientos debe considerar como mínimo dos puntos, agrega la líder las Almejeras. Uno es la generación de valor agregado a los productos, sin comprometer la naturaleza; el otro es la inclusión de las mujeres en el diseño de los presupuestos públicos y políticas.

Mujeres costeras de Sinaloa dedican su logro a antecesoras
En Sinaloa, las socias de las cooperativas Almejeras de Santa Cruz, Lobas Guerreras y Las Banas del Manglar están transformando el futuro de la pesca con una visión de sostenibilidad. En el camino, dedican sus logros a las mujeres que las antecedieron.