Inicio » Opinión » Nueva canasta básica, distorsiones al mercado y más opacidad

Nueva canasta básica, distorsiones al mercado y más opacidad

ÁNGELES AGUILAR. PUNTO Y APARTE. LA RAZÓN

Pan de cada día… En los últimos años la imbatible inflación hizo mella en la salud del bolsillo de los mexicanos.

En 2018 el costo de la vida cerró con un incremento del 4.83% y para este año no se descarta de nueva cuenta un aumento superior al 4%.

Desafortunadamente en ese contexto alimentos y bienes de la canasta básica también han estado a merced del ataque de los precios.

Actualmente, la canasta básica alimentaria que mide Coneval tiene un costo en zonas rurales de mil 113 pesos mensuales y en áreas urbanas de mil 556 pesos.

Asimismo, la canasta extendida que incluye bienes de cuidado personal ronda los 2 mil pesos en el campo y los 3 mil 89 pesos en ciudades…

Parche a la pobreza… En ese contexto, ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un programa para ampliar el abasto de 23 a 40 bienes en las tiendas de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), organismo que fusiona a Diconsa y Liconsa y que encabeza Ignacio Ovalle.

Si bien lo anterior no significa una ampliación de los productos que mide la canasta básica podría ser un aliciente para quienes adquieren su despensa a través de sus 26 mil 631 tiendas comunitarias.

Como quiera los alcances de esa medida para acotar los índices de pobreza son cuestionables, al tratarse sólo de un parche sobre la magullada capacidad adquisitiva.

Por si fuera poco, Valeria Moy, directora del observatorio de política pública México ¿Cómo vamos?, resalta que la adición de estos 17 productos al catálogo obligatorio de esas tiendas, podría generar distorsiones en el mercado de bienes como carne de puerco, res, pollo, gelatina y pan.

A la fecha los precios de la mercancía que se ofrece en esas tiendas son 15% menores que en otros puntos de venta, lo anterior se explica por una serie de subsidios.

En ese sentido, la experta apunta que habrá que conocer las reglas de operación del nuevo programa para echar cuenta del impacto que dichas dádivas tendrán en las finanzas públicas, pues el actual presupuesto 2019 no contempla ese egreso…

El diablo está en los detalles… Además persisten dudas en torno a las compras que se realizarán para abastecer esas tiendas.

Sin duda, el camino ideal sería el de las licitaciones para garantizar la transparencia del proceso.

Caso contrario la llamada “ampliación de la canasta básica” podría significar un lúgubre retorno a la opacidad…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *