JUAN CORTINA GALLARDO*. LINKEDIN.COM.
De acuerdo con Bancos de Alimentos de México (BAMX), una tercera parte de los alimentos que se produce en nuestro país es objeto de pérdida y desperdicio. Esta cantidad de comida podría alimentar al sector de la población que vive en inseguridad alimentaria y que suma alrededor de 25.5 millones de personas. Reducir estos indicadores no sólo es indispensable para erradicar el hambre sino también para la sostenibilidad del planeta.
En términos generales, la pérdida y el desperdicio de alimentos consiste en la reducción de la cantidad o calidad de los alimentos en la cadena de suministro, explica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Más a fondo, la pérdida se produce a lo largo de la cadena productiva en la que se incluye la cosecha, el sacrificio o la captura; mientras que el desperdicio sucede a partir de la venta y llega hasta el consumo. En cada fase se reconocen causas específicas que provocan esta problemática mundial.
En su conjunto, además del impacto negativo en la seguridad alimentaria, la pérdida y el desperdicio de alimentos también ejerce una presión innecesaria sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Esto implica que se desaprovechen los recursos utilizados para producirlos, incluidos el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital. Además, el nivel de las emisiones de gas de efecto invernadero generadas por esta situación es tal que ocuparía la extensión del tercer país más grande del mundo, señala BAMX.
En el caso de México, la pérdida y el desperdicio de alimentos alcanza el 34.7%, informa el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA). El 40% de la comida desaprovechada es carne de cerdo, 37% es pescado, 35% es res, 39% es pollo y 28% es tortilla. Para mitigar esta situación, nuestro país cuenta con BAMX que en 2018 rescató 118 millones de kg. alimentos y, gracias a su experiencia, nos ha acompañado en el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) para impulsar la iniciativa Alimentos para México que, a un año de su puesta en marcha, ha aportado poco más de 20 mil toneladas de alimentos a 19.5 millones de personas afectadas por la pandemia.
Además de estas iniciativas que dan una respuesta concreta, es esencial abordar los factores que determinan la pérdida y el desperdicio de alimentos y estudiar en cada caso, la estrategia que se debe implementar para interrumpir esta problemática. No sólo está en juego la seguridad alimentaria, como lo decíamos en un principio, sino los medios de subsistencia de quienes formamos parte del sistema agroalimentario y el manejo sustentable de los recursos naturales de nuestro país. Es tiempo de la colaboración y el diálogo, como otros problemas que nos atañen en el sector, y debemos hacerlo sin demora.
* Presidente del Consejo Nacional Agropecuario.