JUAN ROSALES NARVÁEZ. EL ECONOMISTA.
El Estado de Hidalgo con sus 20,655 km2 representa el 1.1% del territorio nacional, en cuanto a población alcanza los 3.05 millones de habitantes y equivale al 2.4% del total nacional. En su geografía existen gran diversidad de ecosistemas que van desde bosques perennes de coníferas, selvas bajas caducifolias, matorral semidesértico y llanos, en ellos se desarrollan actividades productivas como la producción de granos básicos, alfalfa, café, jitomate, ganado ovino, ganado bovino de carne y de leche, pesca de especies de agua dulce como mojarra y bagre, así como la extracción de madera para aserrío.
Por su cercanía al gran núcleo poblacional del Valle de México, las actividades económicas en Hidalgo han evolucionado hacia el sector terciario de comercio y servicios, lo cual queda evidenciado al representar el 62.1% del PIB Estatal que equivale a 264,291 millones de pesos, mientras que el sector primario representa el 4.0% con 10,524 millones de pesos. De ahí, el importante y fuerte impacto que los efectos de la pandemia por COVID-19, representa en este estado donde la movilidad social es fundamental para su economía.
De acuerdo a la SADER, en 2019 esta entidad federativa aportó a nivel nacional el 1.8% del valor del PIB Primario Nacional. en términos del valor de la producción, Hidalgo es un estado equilibrado entre la participación de la actividad agrícola con 8,601 millones de pesos y la actividad ganadera con 8,790 millones de pesos, sin embargo, las cadenas ganaderas concentran mayor aportación a dicho valor, por ejemplo, carne de ave con 2,652 millones de pesos, producción de leche 2,440 millones de pesos, carne de bovino 2,218 millones de pesos y carne de ovino 596 millones de pesos, mientras que la cadena agrícola con más valor es maíz con 2,770 millones de pesos y la segunda alfalfa aporta 1,376 millones de pesos.
Ahora bien, la producción agrícola se desarrolla en cerca de 567,500 hectáreas, de las cuales un 74% son de temporal y solamente un 26% cuenta con riego. Existe la idea errónea de que toda la superficie de riego en Hidalgo es con aguas residuales provenientes del Valle de México, cuando en realidad, el 40% de esa superficie regable se realiza con agua de excelente calidad para cultivos de hortalizas, frutales y granos.
En el marco de este flagelo que nos afecta en todo el mundo y en donde asegurar el abasto de alimentos es una prioridad para la economía tomando en cuenta que en el sector agroalimentario intervienen además una multiplicidad de actores y actividades para la producción y logística entre otras que implican también actividades comerciales y de servicios, la continuidad es un factor fundamental no sólo durante las fases de mayor contagio de la contingencia, sino también posterior a ella y sin descartar que al igual que como otras enfermedades en la humanidad debamos aprender a convivir con ella.
En la segunda parte de este artículo comentaré como instituciones como FIRA, entidad originada en el Banco de México para apoyar y financiar el sector agroalimentario y el medio rural, buscan a través de facilitar la oferta y cobertura de servicios financieros a través de la banco y otros intermediarios financieros en el sector apoyar la reactivación económica en México con programas especiales donde es posible la vinculación con los gobiernos locales para impulsar el desarrollo y hacer frente a los efectos de la pandemia del Coronavirus.
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Una de las principales ventajas competitivas que ofrece Hidalgo al sector agroalimentario, es su cercanía con el principal núcleo de consumo de alimentos en el país, la zona metropolitana de la Ciudad de México. Por lo cual el establecimiento de agroindustrias, centros de transporte de carga, acopio, almacenamiento y servicios logísticos de distribución de alimentos son tradicionalmente una oportunidad de inversión importante en este estado, que, al igual que el resto del país y del mundo se ve hoy afectado por los efectos del Covid-19.
En la producción agroalimentaria, las redes con mayor proyección de crecimiento en el estado, son los cultivos de jitomate y pimiento morrón en invernadero, pollo, ganado ovino y maíz, en donde el crédito representa sin duda, una palanca de impulso fundamental para su desarrollo.
En ese sentido, instituciones como FIRA, entidad originada en el Banco de México para financiar los sectores agropecuario, forestal, pesquero y medio rural, ha venido participando desde hace 65 años en la movilización del mercado de productos y servicios financieros y tecnológicos en México, y por supuesto en el estado de Hidalgo a través de una amplia red de intermediarios financieros bancarios y no bancarios.
FIRA participa activamente en el desarrollo del sector agroalimentario y rural de este estado, brindando financiamiento, garantías y servicios de apoyo. La cartera de crédito otorgada al cierre del ejercicio 2019 fue de 1,930 millones de pesos, en donde se apoyaron créditos para la producción de cebada, maíz, frijol, avena, alfalfa, ganado ovino, bovino de carne y bovino de leche, además del financiamiento a las actividades no tradicionales que se desarrollan en poblaciones rurales.
Para el cierre del ejercicio 2019, FIRA operó un saldo de cartera total de 1,930 millones de pesos, beneficiando con ello a 3,906 acreditados dedicados a actividades relacionadas con el sector agroalimentario. El 44.6% de esa cartera se ubicó en microempresas, empresas familiares, pequeña empresa y mediana empresa.
Las actividades productivas que compusieron esa cartera fueron principalmente la producción de cebada, maíz y frijol, jitomate, pimiento morrón, chile y alfalfa. En la parte ganadera, la participación fue en borrego, pollo, bovino de carne y de leche. El apoyo a la red de valor cebada contribuyendo al desarrollo de los agricultores y la integración de la cadena de valor con la industria cervecera nacional, forma también parte importante del apoyo de FIRA en el estado.
Por otra parte y siguiendo la tendencia del desarrollo económico de la entidad, FIRA canaliza recursos a las actividades de industria, comercio y servicios en zonas rurales sobre la base de que estas actividades no tradicionales generan movimiento económico, empleo y arraigo de la población en esas regiones, participando igualmente en su financiamiento y en del sector turístico rural a través de parques acuáticos, pueblos mágicos y centros ecoturísticos para apoyar la construcción de hoteles, cabañas, restaurantes y atracciones acuáticas principalmente.
Los retos para el sector agroalimentario y rural en Hidalgo y México hoy ante los efectos del COVID -19 son grandes, y para ello, FIRA ha modificado temporalmente sus condiciones de operación a fin de favorecer la inversión en sus sectores objetivo y facilitar la participación de más intermediarios financieros que hagan llegar más recursos crediticos a productores y empresas en todo el país.
Juan Rosales Narváez es Residente Estatal de FIRA en el Estado de Hidalgo.“La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA”.