YADIARA LLAVEN ANZURES. LA JORNADA DE ORIENTE.
Así lo dieron a conocer este martes en rueda de prensa efectuada en el asta bandera del zócalo de la ciudad de Puebla, donde además advirtieron que si las autoridades estatales no ponen atención en los problemas ambientales que ya se presentan la zona por la instalación de empresas trasnacionales se avecina una crisis hídrica.
Los campesinos Renato Romero Castillo y Saúl Cerón Bolaños culparon de esta situación a las empresas Granjas Carroll, Driscoll, Iberdrola y Audi que contaminan no solo el agua, sino el medio ambiente.
Romero Castillo demandó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que les permita levantar la veda para la explotación de los pozos que se encuentran en la comunidad.
“Tenemos muchos pozos en la comunidad pero no nos quieren actualizar las concesiones, que nosotros no perdimos y que necesitamos para enfrentar las sequías”, declaró.
Señaló que la Conagua en Puebla sigue utilizando los mismos métodos para vetar a los pueblos del agua, como cuando la delegación estaba bajo control del gobierno de Rafael Moreno Valle.
“Lo que exigimos es que las aguas vuelvan a los pueblos, como lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en Chiapas”, recordó.
Por lo tanto, solicitó a la dependencia federal que entregue la información completa de cuántos pozos hay en la cuenca de Libres-Oriental, pues afirmó que la documentación entregada recientemente al movimiento está incompleta, porque no aparecen los de Audi.
“Todavía peor, el día 13 de este mes asistió la coordinadora de Conagua para informarnos que se había levantado la veda, para nuestra sorpresa, pero que el decreto presidencial salió a finales de septiembre y solo nos quedaban 10 días para solicitar las concesiones de los pozos de riego de seis municipios y 42 ejidos”, acusó.
En la actualidad, sostuvo que hay más de 20 pozos en la región que se están usando y que tienen perdidas sus concesiones.
A juicio del campesino, en Puebla “hay una política de corrupción donde se prioriza la utilización del agua para uso industrial, negando el acceso a los campesinos para consumo humano y de riesgo”.